domingo, 29 de mayo de 2011

Efeméride

En el día de hoy, este humilde blog ha alcanzado la cifra de 20.000 páginas vistas, resultado sin duda modesto para muchos blogueros importantes, pero relevante para mí. Quiero aprovechar esta entrada para daros las gracias a todos los que leéis estos textos, ya sea de forma regular o esporádica, a los que los habéis comentado o recomendado tanto en Facebook como en Twitter, y a los que me habéis reconocido en persona que os gusta Aturdido y confuso.

Y a modo de celebración, quiero compartir el ranking de las cinco entradas más vistas de acuerdo con las estadísticas de la plataforma Blogger.

La década prodigiosa de América Latina (diciembre de 2010) es sin duda el post más leído y con diferencia. El texto surgió de las ideas que compartió César Manrique, máximo responsable de Microsoft en América Latina, con aquellos que asistimos a un desayuno de trabajo organizado por la consultora EcoNet. A juicio de Manrique, los buenos resultados macroeconómicos que ha presentado la región durante la década pasada permiten augurar la emergencia de nuevas potencias económicas mundiales como Brasil, México, Colombia o Perú.

Community Manager: retrato de un ángel caído (diciembre 2010) le sigue en importancia. Esta es una entrada del tipo “tonterías las justas” que trata de desmitificar la figura del Community Manager, un perfil profesional mal definido y en cualquier caso sobrevalorado dentro del mundillo 2.0.

Cómo perder la Guerra del Rif en las redes sociales (noviembre 2010) ocupa el tercer puesto y fue originalmente publicado en el blog de Fundación Telefónica. Se trata de una humorada en la que la experiencia del ejército español en el norte de África a principios del siglo XX da pie para extraer conclusiones aplicables al campo de la comunicación digital.

El decálogo de marca de Andy Stalman (febrero 2011) resume una conferencia de Andy Stalman, experto en posicionamiento de marca, en el IE Business School. La popularidad y el carisma de Andy justifican la elevada posición que ocupa este post en el ranking.

Finalmente ¡Cuán equivocados estáis! (septiembre 2010) pretendía demostrar la confusión que existe en las empresas sobre las funciones de un Community Manager y sobre las estrategias de marketing 2.0 en general.

Os agradezco de nuevo vuestra fidelidad a este blog y espero que sigamos juntos mucho más tiempo.

jueves, 26 de mayo de 2011

Internet le importa a la economía


El otro día comentaba en este blog un informe español sobre el impacto de Internet en la economía patria. Hoy quiero comentar otro, de allende los mares, que ha caído en mis manos y que tiene también conclusiones muy interesantes. En este caso el análisis se realiza desde una perspectiva global. Se trata de “Internet matters: The Net´s sweeping impact on growth, jobs andprosperity”, que en plata quiere decir: el impacto de la red sobre el crecimiento, el empleo y la prosperidad. Lo ha publicado el McKinsey Global Institute.

Me gustaría compartir las principales conclusiones:

o       Internet es muy grande y continúa creciendo y llegando a todas partes.
o       Internet continúa en su infancia y su peso sobre el PIB de los países varía significativamente, incluso en aquellos con un mismo nivel de desarrollo.
o       Internet es un elemento significativo para el crecimiento económico, en algunos países, las actividades relacionadas alcanzan el 10% del PIB.
o       La madurez de Internet guarda correlación con el nivel de vida de los países.
o       Internet es un poderoso catalizador para la creación de empleo.
o       Internet guía la modernización económica.
o       El impacto de Internet va más allá del PIB, generando un increíble valor para el consumidor.

Los ecosistemas  de Internet pueden capturar el máximo valor. Para crear un ecosistema fuerte hay que centrarse en cuatro áreas:

  1. Promover el capital humano: gestionar las habilidades y el talento.
  2. Facilitar el acceso al capital financiero.
  3. Desarrollar infraestructuras, crear plataformas.
  4. Crear un entorno de negocios favorable.

Y realizan una serie de recomendaciones:

  • Las decisiones de las políticas públicas deben actuar como catalizadoras del potencial de crecimiento de Internet.
  • Todos los líderes de negocio, no solamente los consejeros delegados, deberían poner Internet en un lugar preeminente de sus estrategias.
  • Todos los grupos de interés deben participar en un diálogo publico-privado sobre los temas que atañen a Internet.

domingo, 22 de mayo de 2011

Una España que muere y otra España que bosteza

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Antonio Machado

Ha resultado una semana apasionante la precedente, en la que hemos visto florecer un movimiento de reacción ciudadana en numerosas ciudades españolas demandando un cambio, una democracia mucho más participativa y directa, que realmente se preocupe de los problemas de las personas de la calle. La respuesta masiva a la llamada del movimiento 15M nos ha pillado a todos por sorpresa, incluido el estamento político, y a mí en concreto me ha costado bastante tiempo ordenar mis ideas al respecto, de hecho aún sigo aturdido y confuso, pero me gustaría compartir algunas reflexiones sobre el tema.

Quiero dejar claro por adelantado que me parece muy positivo que la gente salga a la calle a defender sus derechos y a decir estoy aquí y tengo algo que decir. Prefiero vivir en una sociedad que cree en la utopía que en una inmovilista; prefiero vivir en un país que sueña antes que en uno que dormita.  Pero todo ello me ha sugerido una serie de ideas, acaso algo inconexas y deslabazadas, que resumo a continuación.

Generaciones del miedo.  España ha cambiado de forma notable en los últimos cuarenta años. La nación en la que se han criado gran parte de los jóvenes acampados en las plazas es muy distinta de aquella en la que crecimos los que nacimos a finales de los sesenta del siglo pasado, con un antiguo régimen dando sus últimos coletazos y una democracia frágil, inestable y constantemente amenazada. La transición supuso una negociación, un consenso entre las distintas fuerzas y tendencias sociales para construir algo nuevo y distinto, que alejase para siempre la idea de la dictadura. Pero las generaciones que vivimos esa época siempre hemos vivido atormentados por fantasmas: la España de la represión, de la Guerra Civil; la España clerical bajo palio de los crucifijos en las aulas y las beatas rezando la novena. Y nos aferramos a las instituciones y al sistema nacidos en 1978 como a un talismán para ahuyentar la posible vuelta de una dictadura, para poder mirar hacia un futuro distinto del pasado. Es por ello que cualquier cosa que atente contra el sistema democrático establecido, aunque sea pacífico y constructivo, inconscientemente nos produce recelo y un cierto temor inconsciente.

Pero como decía el sábado pasado el sociólogo Ignacio Urquizu en un magnífico artículo de “El País”, citando a Jefferson, ninguna generación debería tener que vivir bajo las reglas del juego democrático establecidas por generaciones precedentes. Entiendo por tanto que la juventud, y por extensión todo aquel que se adhiere al movimiento, pongan en tela de juicio un sistema que, aunque útil y valido en el pasado, en el presente no ofrezca soluciones, o por lo menos, no las esperadas.

Importancia de la economía. En algo en lo que no coincido con el manifiesto redactado por los acampados es en que se pueda separar la economía, las decisiones económicas, de la vida política y social. Será una deformación profesional como economista que soy, pero entiendo que todo colectivo humano siempre se ha encontrado sujeto a un sistema de asignación de recursos, desde el comunismo primitivo de la prehistoria al que aluden en sus obras autores como Samir Amin. Toda idea o acción social y política conlleva una decisión económica, desde defender la educación pública y universal hasta el promocionar energías renovables. Estoy de acuerdo en cambio en que hay que buscar el equilibrio entre la eficiencia económica y la optimización del bienestar de la mayoría. Olvidarse de la gestión eficiente de los recursos económicos puede llevar al desastre, como se ha demostrado en el caso de los países con regímenes de socialismo real: los sistemas acaban estrangulados y su crecimiento lastrado.

Cambio estructural. Y hablando de economía, como ya he sugerido de forma tímida y desordenada en algunos posts que he publicado este año, creo que más que una ante recesión transitoria estamos inmersos ante un cambio estructural del capitalismo mundial, o utilizando la terminología marxista, ante un nuevo modo de producción capitalista. Esto viene a cuento porque está determinando uno de los principales problemas que alimentan las quejas ciudadanas: el desempleo. Ojalá me equivoque, pero pienso que no es cuestión de que crezca o no la economía, véase la  actividad productiva y empresarial, sino que en el nuevo sistema económico que se está gestando, por lo menos en los países occidentales, el crecimiento va a necesitar muchísima menos mano de obra que el modelo anterior, es decir, que sobran trabajadores. Se producirá lo mismo que antes pero con mucha menos mano de obra.

Las principales causas de este fenómeno, muy a grandes rasgos, son, por una parte, la revolución tecnológica que estamos viviendo – y no me refiero solamente a las TIC-, que automatiza y simplifica muchos procesos productivos; por otro lado, la globalización y la deslocalización de las unidades de producción de los países desarrollados a países en desarrollo con estructuras de costes más bajas; y finalmente, los cambios en la división internacional del trabajo, que supone el paso de un modelo tradicional en el que los países en desarrollo producían materias primas y los países desarrollados productos manufacturados, a un nuevo esquema en el que determinadas naciones de Asia y América Latina se convierten, o están en vías de convertirse, en plataformas de exportación de productos industriales y de servicios especializados.

El impacto de estas transformaciones sobre el desempleo en los países desarrollados puede ser brutal, especialmente entre la mano de obra con un nivel de cualificación bajo o mediano. Es verdad que hay sectores de actividad económica intensivos en tecnología con un alto potencial de crecimiento (TIC, biotecnología, energías renovables…), pero está por ver su capacidad de generación de demanda mano de obra, y en cualquier caso, requieren perfiles muy cualificados y especializados, no tan abundantes en el mercado de trabajo español. El grueso de la población desempleada podría quedar sujeta a los vaivenes coyunturales de sectores tradicionales como la construcción o el turismo.

Falta de capacidad de maniobra de los gobiernos. Nos guste o no, vivimos en un mundo global. Esto quiere decir que ni ahora Don José Luis, ni mañana Don Mariano cuando gane las elecciones, tienen un control y una capacidad de decisión absolutos sobre todas las variables que afectan a la economía de nuestro país. Habitamos un sistema económico mundial excesivamente sensible, en donde cualquier factor, a lo mejor no demasiado trascendental, puede convulsionar las economías de los países en una reacción en cadena. Creo que era Paul Krugman el que comentaba hoy domingo en su artículo de “El País” que el tema de las hipotecas tóxicas de EE.UU. en proporción tenía muy poco peso sobre el sistema financiero, y sin embargo se ha montado la gorda. O como me comentaba mi amigo Juan el viernes, por el hecho de que un señor, que coincide que es el Director General del FMI, salga de la ducha de su habitación de hotel sexualmente excitado (mi amigo Juan lo ilustró de forma algo más explícita), y acose a una camarera, se genere una crisis financiera y política a escala mundial, aunque sea a corto plazo, indica que algo raro pasa aquí.

Los gobiernos cada vez tienen menor control sobre las herramientas de gobierno. En nuestro caso, toda la política monetaria que afecta a España la dirige el Banco Central Europeo; además ésta y otras instituciones europeas influyen en distintos aspectos de la política fiscal y en la aplicación de medidas sociales. Los organismos internacionales (FMI, Banco Mundial…)  también meten baza, aunque solamente sea mediante consejos y elaborando informes tenebrosos sobre el futuro de nuestra economía y lo mal que lo hacemos todo; el amigo americano, en este caso Obama, también mete las narices en nuestros asuntos cuando lo considera conveniente; y finalmente, agencias de calificación como Moody´s, pueden hacernos mucho daño al emitir juicios sobre nuestra solvencia y capacidad de endeudamiento. No defiendo la gestión de Zapatero, pero hay que reconocer que no lo ha tenido fácil.

En conclusión, que veo como un fenómeno esperanzador los movimientos ciudadanos pero creo que nos toca estudiar a fondo las normas y el funcionamiento del brave new world que nos ha tocado vivir.

viernes, 13 de mayo de 2011

España cONecta: qué aporta Internet a la economía española

Ha caído en mis manos un interesante informe que ha realizado The Boston Consulting Group para la empresa Google, España cONecta, que lleva por subtítulo “Cómo transforma Internet la economía española”, y que realiza la ardua tarea de medir el impacto de las redes en la estructura económica de nuestro país. Es la primera vez que leo un trabajo de este tipo (aunque puedan existir otros que desconozco) y me parece un ejercicio indispensable para poder valorar si la economía digital tiene posibilidades de convertirse en un motor de crecimiento, o si por el contrario no es más que un juguete para frikis e iluminados de distinto pelaje. Yo alguna vez he intentado realizar un experimento similar utilizando la Contabilidad Nacional de España, pero me ha parecido harto difícil, especialmente a la hora de acotar los distintos epígrafes que configuran el sector TIC.

Solamente se me ocurre una crítica a los autores, y es que no hayan realizado un análisis de la capacidad de creación de empleo potencial de las actividades relacionadas con la red de redes y del tipo de perfiles profesionales que se demandan en la actualidad o que pueden llegar a demandarse. Es algo fundamental en los tiempos que vivimos.

Según el estudio, las actividades directamente relacionadas con Internet ya aportan 23.000 millones de euros al PIB español, lo que supone un 2,2 por ciento del mismo (datos de 2009). Esta cifra podría llegar a 63.000 millones en 2015. Desagregando las cifras anteriores, el consumo privado relacionado con la red – que incluye epígrafes como el comercio electrónico, la banda ancha y los dispositivos de conexión-, aportó 14.000 millones de euros en el año de referencia, pudiendo alcanzar la magnitud de 53.000 en 2015. La inversión privada en banda ancha y en equipamiento de red puede pasar de los 8.400 millones a 15.000, mientras que el equivalente público lo haría de 5.900 millones a 7.000, en el horizonte temporal contemplado. Finalmente, el desequilibrio negativo de la Balanza de Pagos en este sector detrae del PIB de 2009 4.900 millones.

Por otro lado, Internet también tiene un impacto indirecto sobre la economía. Más de las tres cuartas partes del PIB se genera en sectores en los que las redes están transformando procesos clave de negocio, como compras, marketing o venta final. Y además, hay que tener en cuenta las cifras del valor del comercio electrónico entre empresas (157.000 millones de euros), el gasto de los consumidores en productos que han conocido a través de Internet (38.000 millones) y la publicidad on line (654 millones de euros).

Sin embargo, el peso en España de los sectores intensivos en TIC, inferior al 50 por ciento del Valor Añadido Bruto, es muy bajo comparado con el de otros países de la Unión Europea, Estados Unidos o Japón, que superan 60 por ciento. Parece ser que la inversión en TIC española ha sido mucho más tardía y menos progresiva que la de otras naciones.

Los autores del trabajo establecen una serie de recomendaciones para impulsar el papel de Internet como motor de crecimiento económico:

  • Mayor adopción del comercio electrónico por las PYMEs.
  • Mayor internacionalización del negocio on line de las empresas españolas.
  • Aumento de la penetración de dispositivos avanzados con conexión a Internet, de la banda ancha clásica y de la de muy alta velocidad.
  • Mejora de la formación en el ámbito académico y empresarial para un aprovechamiento más eficaz de Internet.

domingo, 8 de mayo de 2011

Bin Laden, Barabási y la topología de las redes


Un libro interesante: “Linked” de Albert-László Barabási (Plume, 2003) que lleva como subtítulo “cómo todo está conectado a todo y qué significa para los negocios, la ciencia y la vida cotidiana”. Barabási, profesor de física en la Universidad de Notre Dame (y oriundo de Transilvania, como aquel conde de la novela), se ha especializado en un campo de la ciencia bastante nuevo y poco estudiado: la topología de las redes, es decir, su estructura, funcionamiento y el comportamiento conjunto de los distintos elementos que las integran. No es un trabajo sobre telecomunicaciones exclusivamente; el autor habla de las redes en general, de sistemas basados en un número de componentes interrelacionados, como pueden ser un grupo de amigos, los miembros de un grupo activista, una célula terrorista o las neuronas del cerebro, por poner varios ejemplos. Ignoro si existe una edición en castellano pero es una obra bastante fácil de leer y que merece la pena.

Todos sabemos que el origen de Internet se sitúa en la Guerra Fría y en la necesidad de los EE.UU. de erigir una red de comunicaciones descentralizada que, en caso de ataque nuclear soviético que destruyese importantes centros del país, los nodos supervivientes pudiesen mantener el sistema funcionando y la comunicación activa. Como ARPANET bautizaron al abuelo de Internet, que se puso en marcha a finales de los 60. Sobre esas premisas, creíamos que la red de redes es realmente un conjunto de innumerables nodos repartidos por todo el mundo sin una jerarquía, es decir, con un sistema de relaciones entre ellos que establece que cada nodo es igual de importante que los demás, y que si se cae una parte de Internet, el conjunto seguiría funcionando gracias a su aparente descentralización y homogeneidad. Pero Barabási ha demostrado que esto no es cierto. Su equipo de investigación, mediante un rastreo de web a través de un robot, demostró que la arquitectura de la World Wide Web está dominada por unos pocos (en proporción) nodos importantes (hubs, como los llama él), que concentran la mayoría de los enlaces. Los hay muy conocidos como Yahoo o Amazon; navegues donde navegues siempre encuentras enlaces hacia ellos y otros sitios parecidos, que conviven en la red con millones de nodos que reciben muy pocos enlaces. Esta idea choca contra la idea “igualitaria” del ciberespacio, en palabras del autor: “The hubs are the strongest argument against the utopian vision of an egalitarian cyberspace. Yes, we all have the right to put anything we wish on the Web. But will anybody notice?” Así que no sufráis si no visita vuestro blog ni la Santísima Trinidad porque solamente los conectores importantes reciben tráfico masivo.

En la edición 2003 del libro, Barabási incluye un ejemplo de red de rabiosa actualidad, el funcionamiento de Al Qaeda, que nos puede ayudar a entender por qué tras la muerte de Bin Laden el mundo sigue sin ser un lugar seguro. Según cuenta el autor, tras los atentados del 11 de septiembre el experto en comunicaciones corporativas Vladis Krebs analizó las relaciones entre los implicados en la masacre. Realizó un mapa con los 19 terroristas que viajaban a bordo de los cuatro aviones y de las 15 personas a las que las autoridades asociaron con ellos. Estudiando las relaciones entre todos esos elementos desde la perspectiva de la teoría de las redes, llegó a la conclusión de que Mohamed Atta, el cerebro del ataque, aun siendo el nodo más conectado con el resto, solamente tenía contacto con 16 de los 34 individuos implicados; el segundo nodo más conectado, Marwan Al-Shehhi, solamente tenía conexión con 14 nodos de la red. Y así en descenso hasta los nodos más pobremente conectados. La eliminación de un nodo importante, como Atta, no destruye la célula porque el resto de los nodos mantienen la red unida. Y concluye Barabási, en una frase casi profética: “Al Qaeda está tan desperdigada y es tan autosostenida que incluso la eliminación de Osama bin Laden y de sus más cercanos lugartenientes puede que no erradique la amenaza que ha creado. Es una telaraña sin una araña real”.

La nueva guerra contra los “ejércitos irregulares”, como se denomina a veces a estas organizaciones terroristas, se puede ganar eliminando sus principales nodos, para alcanzar el punto crítico de fragmentación de la red que la destruya, o estrangulando sus recursos de forma que se produzcan fallos en cadena que invaliden el sistema. Por desgracia en nuestro país tenemos bastante experiencia en este campo, en la lucha contra el terrorismo de ETA. Las formulas del profesor Barabási las aplicamos con rigor, encarcelar a los nodos más sobresalientes de la organización y estrangular sus recursos tanto financieros como materiales, y aun así todavía no podemos afirmar que hayamos acabado con esa lacra. A lo mejor el fallo de la teoría de Barabási en este caso ha sido no considerar la importancia de los infinitos “nodos marginales”, es decir, de todas aquellas personas que, bien activamente implicándose en la causa, bien pasivamente no condenando la violencia, dan su apoyo a los que siembran el terror con sus actos, fortaleciendo una red con una capilaridad en las sociedades imposible de extirpar. Esa es la verdadera fuerza de las redes terroristas.


lunes, 2 de mayo de 2011

Latinoamérica: ¿esta vez sí? (y II)


Es muy común que se confundan los términos crecimiento y desarrollo. Mientras el primero tiene un carácter conyuntural, pues hace referencia al devenir de la producción de bienes y servicios en un periodo de tiempo, el se segundo es de naturaleza estructural dado que refleja transformaciones trascendentales en la estructura productiva de una nación y en el nivel de vida de la población. Otro error frecuente consiste en medir el nivel de desarrollo de un país a través del Producto Interior Bruto (PIB) o de la Renta per Cápita, que no son más que indicadores que cuantifican el valor de la producción nacional, pero que no aportan ninguna información sobre la distribución de la riqueza, el desarrollo de infraestructuras o el nivel de bienestar del ciudadano.

Para poder determinar si Latinoamérica ha iniciado en la última década su proceso de despegue socioeconómico habría que sumar al análisis de indicadores económicos uno paralelo y complementario de indicadores sociales y demográficos. Dado que este humilde blog no es un informe de las Naciones Unidas ni un anuario estadístico de la OCDE, me he propuesto llevar a cabo un ejercicio muy superficial para responder a la pregunta que nos ocupa, pero que a lo mejor aporta alguna idea interesante. Ni que decir tiene, que realizar este trabajo con seriedad requeriría elaborar un cuadro de indicadores socioeconómicos exhaustivo sumado a un análisis cualitativo país por país, pues cada una de las naciones tiene sus rasgos intrínsecos aunque tendamos a tratar a la región como un todo.

La primera variable que me parece interesante estudiar es la evolución de la distribución de la renta en dichos países. Uno de los rasgos del subdesarrollo es la convivencia de una amplia pobreza extrema junto con una minoría de la población que concentra un porcentaje importante de la riqueza nacional, lo que viene llamándose sociedades duales. El proceso de desarrollo económico implica una distribución más equitativa de la renta entre la población, eliminando la polarización. La herramienta que se utiliza para medir la distribución de la renta es el Índice de Gini, un indicador que se obtiene de la Curva de Lorenz, que no es otra cosa que la representación gráfica de los distintos percentiles de la población y su participación respectiva de la riqueza nacional (el 10% más pobre recibe X% de la renta, el 20% recibe Y%, etc). El Índice de Gini es un valor situado entre 0 y 1: 0 es la equidad perfecta y 1 la desigualdad absoluta. La tabla siguiente muestra la evolución reciente del Índice de Gini durante la década pasada para el conjunto de naciones Latinoamericanas más representativas de la región.


Lo primero que salta a la vista es que existen dos comportamientos diferenciados: un grupo de países en los que la distribución de la renta entre la población ha mejorado, habiéndose acercado el Índice a 0 (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela), y otros en los que la desigualdad ha aumentado en el periodo considerado (Costa Rica, Guatemala, Honduras, México y República Dominicana). Todos los valores del último año considerado se sitúan entre 0,4 y 0,6. Para realizar una comparación, baste considerar los Índices de Gini que presentaban en 2007 las siguientes naciones desarrolladas (Fuente: Nation Master): Estados Unidos: 0,45; Italia: 0,33; España: 0,32; Alemania: 0,28; Suecia: 0,23.

Otro indicador de interés es la tasa de población analfabeta, definida como el porcentaje de población de más de 15 años que no es capaz de leer y escribir un relato simple y breve relativo a su vida cotidiana. Los datos de la evolución en las dos últimas décadas se exponen a continuación para el conjunto de naciones consideradas:



Si bien la evolución ha sido positiva en todos los casos, es decir que el porcentaje de población analfabeta ha disminuido a lo largo de los veinte años contemplados, la cifra de 2010 genera otra brecha importante en la región,  indicando distintas situaciones entre los países. Existe un conjunto que aún ostenta unos valores muy elevados (República Dominicana, El Salvador, Honduras, y especialmente, Nicaragua y Guatemala, con casi un tercio y un cuatro de la población analfabeta, respectivamente), frente al grupo de cabeza con menos de un 5% (Argentina, Chile, Costa Rica, Paraguay, Uruguay y Venezuela). El resto de naciones se sitúa en la actualidad entre el 5 y el 10%.

Finalmente, para valorar la intención redistribuidora de la renta que tienen los distintos Estados, se ha establecido una comparación internacional entre los indicadores gasto público en educación y gasto público en salud, en ambos casos expresado como porcentaje del PIB a precios corrientes, es decir, sin discriminar el componente de los precios. Estas dos variables permiten apreciar el esfuerzo que realiza cada país por mejorar el nivel de vida de la población atendiendo a dos necesidades básicas, la educación y el cuidado de la salud, si bien no aportan información sobre la eficacia en la gestión de ese gasto, por lo que no dejan de ser orientativas. La tabla siguiente muestra la variable educación.



Podemos comprobar el liderazgo en este campo de países como Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica y México, que ostentan valores en torno al 5%. Destacan en crecimiento en el gasto en educación Argentina, Bolivia, Brasil, y muy especialmente Paraguay, cuyo porcentaje creció más de cuatro puntos porcentuales en la década 1990-2000.



En relación con el gasto público en salud, vuelven a destacar Argentina, Bolivia y Costa Rica, en este caso acompañados por Uruguay, todos ellos con valores en torno al 4% y superiores. En el extremo opuesto se sitúan Ecuador, Guatemala, Perú, y Venezuela. 

La conclusión de este pequeño ejercicio es que existe la posibilidad de que la región latinoamericana haya iniciado la senda del desarrollo, pero que posiblemente se convierta en un proceso a varias velocidades, con distintos grupos de países conviviendo en distintas etapas. El tiempo lo dirá.

 
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