lunes, 18 de junio de 2018

La revolución digital y el trabajo en España

50 estrategias para 2050. El trabajo y la revolución digital en España es una nueva publicación de Fundación Telefónica realizada en colaboración con Prospektiker en el marco del Proyecto Millennium. El objetivo de esta iniciativa es analizar los efectos que pueden tener los cambios tecnológicos asociados a la revolución digital en España, prestando especial atención a los que afectan al mercado laboral. El estudio está centrado en cinco campos: Educación y aprendizaje, Ciencia y tecnología, Empresas y trabajo, Sociedad y cultura y Gobierno y políticas públicas.

La educación se convierte en el ámbito prioritario de actuación en España para tender al escenario más positivo en el horizonte de 2050. La educación en España afronta el desafío de reinventarse y cambiar adaptarse a los valores cambiantes de la sociedad, al uso de tecnologías en el aprendizaje, a la formación para profesiones hoy todavía desconocidas, los nuevos paradigmas educativos, y en general, a un mundo más complejo y global. Los centros escolares incrementarán su función como redes donde el alumnado pueda interactuar con el profesorado de forma que se produzca un aprendizaje colaborativo. Las tendencias señalan que las competencias específicas serán cada vez más necesarias en las diversas disciplinas académicas

El informe propone una serie de estrategias relacionadas con la educación, entre las que destacan temas como:

  • Generalizar la educación digital e integrar las TIC en la docencia.
  • Incorporar sistemas de inteligencia del mercado de trabajo a las políticas educativas y de empleo.
  • Asegurar la flexibilidad del sistema educativo.
  • Reorientación del sistema de educación de un enfoque colectivo a uno individual.
  • Dinamizar el sistema universitario para promover la modernización de sus estructuras y el reciclaje de su profesorado.

En el ámbito de la Ciencia y tecnología, la mejora de la eficiencia en los procesos, en las decisiones y estrategias se está convirtiendo en un elemento central de la ventaja competitiva, en la medida en que el big data, impulsará nuestra economía en las próximas décadas. Las ciudades se convertirán en espacios en los que la tecnología digital embebida, centrada en aplicaciones basadas en Internet y móviles con múltiples funciones, generará un volumen ingente de datos, y el análisis en tiempo real de los diferentes sistemas facilitará la toma de decisiones.

El Internet de las cosas (IoT) permitirá una gestión más sostenible y un abaratamiento de los costes, que tendrán un impacto beneficioso en la movilidad, el transporte autónomo, o en ámbitos como el de la vivienda, la salud, el trabajo, la energía y la producción de alimentos. El mundo asistirá a un incremento de la robótica, la fabricación avanzada y la impresión 3D, que transformarán las cadenas de suministro de todas las industrias.

Muchos de los trabajos que se desarrollan actualmente en Europa están relativamente poco cualificados y son de carácter repetitivo, por lo que el mayor avance tecnológico implica el riesgo no solo de que se pierdan estos puestos de trabajo, sino de que también se deteriore la calidad del empleo en la economía digital. El uso de tecnologías online para crear mercados de trabajo puede provocar una carrera descendente en salarios y condiciones laborales, transfiriendo el riesgo y la responsabilidad de los empleadores a los trabajadores.

El informe plantea una batería de estrategias en este ámbito de las que podemos extraer las siguientes:

  • Desarrollar una estrategia de implantación nacional en ciencia y tecnología.
  • Promover las redes de realidad extendida y potenciar una cultura de red y de interconexión para la inteligencia artificial.
  • Apuesta por la ciberseguridad.
  • Potenciar la red Internet of beings (Internet del ser humano).
  • Puesta en marcha de fondos de capital riesgo que apoyen la inversión en I+D+i.

En el apartado de Empresas y trabajo, se destaca que el envejecimiento poblacional constituye el principal cambio sociodemográfico en los países desarrollados, en los que se estima que en 2050 vivirá el 80% de la población mayor de 60 años, y Europa será la región más envejecida. Para el año 2060, se prevé que en la UE solo habrá 2 trabajadores por cada persona de 65 años o más. Junto con estos cambios sociodemográficos, otros hechos disruptivos podrían modificar de forma inesperada el funcionamiento del mercado laboral: las transformaciones en los entornos laborales, los valores cambiantes de las personas empleado o la convergencia de tecnologías. Muchos de los trabajos y habilidades buscadas hoy no existían hace una década. Del mismo modo, nuevos puestos de trabajo y habilidades surgirán en el futuro.

La digitalización está reduciendo la demanda de tareas rutinarias y manuales, al tiempo que aumenta la de tareas de baja y alta cualificación y de habilidades interpersonales y para resolver problemas.
De las estrategias propuestas por el estudio destacamos:

  • Extender los sistemas de apoyo al autoempleo y el emprendimiento, y fomentar los ecosistemas conectados.
  • Replantear los modelos de protección social en esquemas de “flexi-seguridad”.
  • Impulsar la gestión del conocimiento a través de la innovación abierta en las empresas.
  • Repensar la responsabilidad social y el impacto que las empresas generan en la sociedad y en sus empleados.
  • Impulso a programas integrales de reinserción laboral.

El campo de la Sociedad y la cultura viene caracterizado por la pérdida de protagonismo de la familia clásica madre-padre-hijo a favor de otras estructuras familiares menos tradicionales (familias monoparentales, homoparentales, multiculturales, etc.). Las sociedades serán principalmente urbanas. Las ciudades podrán llegar a concentrar cerca del 70% de la población mundial en 2050. Estas ciudades serían a su vez fiel reflejo de la creciente desigualdad y del incremento de la brecha entre ricos y pobres, que podría agravarse en las próximas décadas. Entre los riesgos probables, encontramos una expansión no igualitaria, que podría dividir al mundo entre quienes tienen acceso a la tecnología digital y quienes no, y que agrandaría la brecha con las generaciones que no cuentan con habilidades o soltura suficientes para adoptar la economía colaborativa en un ecosistema online.

De las estrategias propuestas en este terreno destacan:

  • Redefinir los valores éticos de las organizaciones y las personas.
  • Gestión de una sociedad más multicultural.
  • Desarrollar competencias digitales a nivel general y competencias analíticas clave.
  • Protagonismo del smart citizen.
  • Potenciar las industrias creativas en el marco de la cultura digital.

El último epígrafe tratado por el informe es Gobierno y políticas públicas. Se perfila un mundo más global y más local, donde se plantean cuestiones como la sostenibilidad de los actuales sistemas de bienestar, la reducción de la fuerza laboral, la necesidad de reformas estructurales para asignación de inversiones y ahorros, y la vulnerabilidad de la economía europea dentro del mercado global.

La gobernanza nacional cada vez es más dependiente de las decisiones que se toman en el exterior. Un mundo global interdependiente con diversos actores que tienen intereses transnacionales e intersectoriales, así como el surgimiento de una conciencia global y un nuevo contrato social para la ciudadanía, están cambiando el proceso de toma de decisiones y aumentando la necesidad de una cultura anticipadora de elaboración de políticas.

Entre las estrategias sugeridas en este apartado se pueden destacar:
  • Convertir la estrategia nacional sobre tecnología en una política de Estado, al margen del debate partidista.
  •  Potenciar el rol público para el impulso del avance tecnológico.
  • Nuevos mecanismos de participación ciudadana que impulsen la implicación progresiva en los procesos de toma de decisiones, más allá del voto.
  • Gobernanza basada en el gobierno abierto, la transparencia y la rendición de cuentas.

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