lunes, 30 de septiembre de 2024

Por qué debe haber más mujeres en las profesiones digitales



Mi artículo anterior, La brecha digital de género en las profesiones digitales, planteaba que, si bien no existen en nuestro país diferencias destacables en el uso de la tecnología digital entre hombres y mujeres ni en las habilidades para utilizarlas, sí que existe una notable ausencia femenina en las profesiones científicas y tecnológicas (exceptuando en campos como la biología o las ciencias de la salud). Analizar la falta de vocaciones STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) entre las niñas y jóvenes sería otro objeto de  estudio, pero lo cierto es que la desproporción de género en el empleo relacionado con la tecnología digital conlleva una serie de costes económicos y sociales que hay que tener en cuenta.


La asociación ClosinGap dedica buena parte de su actividad a analizar a través de su colección de informes las brechas de género  existentes actualmente en España, y en uno de ellos, Coste de oportunidad de la brecha de género digital, ha llevado a cabo el ejercicio de calcular el coste de oportunidad que implican las brechas digitales de género en términos económicos y de bienestar individual. El trabajo divide estos costes en tres categorías: el ámbito personal, para la economía y la sociedad, y para las cuentas públicas.


Empezando por aquellos costes de oportunidad relacionados con el ámbito personal y familiar, ClosinGap destaca que para la mujer la brecha implica no poder acceder a puestos de trabajo tecnológicamente más intensivos y mejor remunerados y, en cambio, verse obligada a desempeñar ocupaciones tradicionales más expuestas a resultar automatizadas a causa de la transformación digital. A ello hay que sumarle que las mujeres encuentran una mayor dificultad para reciclarse o formarse en nuevas competencias profesionales por tener en general mayores responsabilidades de conciliación.


Los costes de oportunidad socioeconómicos de la ausencia de mujeres en las profesiones digitales se basan en que ellas se enfrentan a la precarización del mercado laboral no digital en un futuro abiertamente tecnológico. Adicionalmente, la ausencia femenina tendrá un impacto en el diseño del mundo del futuro, eminentemente androcentrista si no garantiza suficiente diversidad de género. 


Por último, desde la perspectiva de los presupuestos públicos, el informe avisa de que la exclusión de la mujer de la economía digital supone una merma de los potenciales ingresos fiscales del trabajo, y un despilfarro ligado al desaprovechamiento de la inversión en la formación recibida, al renunciar las mujeres a postular a trabajos de intensidad digital.


La edición de 2022 del estudio de ClosinGap se aventuró a cuantificar el valor de la brecha digital de género. De esta manera, las brechas entre mujeres y hombres en España suponen un coste de oportunidad (el valor económico al que se renuncia por una determinada actuación o gasto) para la sociedad de 213. 299 millones de euros, cifra que sería el equivalente al 19 % del PIB de 2020.


lunes, 23 de septiembre de 2024

La brecha digital de género en las profesiones digitales


 El término brecha digital hace referencia a la situación de un colectivo social que no puede beneficiarse de las oportunidades que ofrece la tecnología, bien por no tener acceso a ella, bien por no tener las destrezas o conocimientos necesarios para hacer uso de los servicios o dispositivos, y, en consecuencia padece algún grado de exclusión. En el caso de la brecha digital de género estamos hablando de la diferencia que existe entre los hombres y las mujeres en relación con las oportunidades de acceso a los recursos digitales, su uso y la capacidad para adquirir las habilidades necesarias para el trabajo y la vida cotidiana en sociedades que hacen uso intensivo de la información y el conocimiento. 

La Comisión Europea lleva varios años publicando el informe Women in Digital Scoreboard con el fin de evaluar el grado de inclusión de las mujeres europeas en la sociedad digital. Se trata de un trabajo que establece un ranking de los distintos Estados miembro, comparando las distintas situaciones nacionales con la media comunitaria. En concreto, se basa en un panel de indicadores -procedentes del Índice de la economía y la sociedad digitales (Digital Economy and Society Index)- que establece el grado en que las niñas y las mujeres están incluidas en los trabajos digitales, las carreras y el emprendimiento. Los datos de los distintos países se agrupan en tres dimensiones: el uso de internet, las habilidades digitales y el empleo en sectores tecnológicos. 

 

En términos globales, en España la brecha digital de género es menor que la media de Europa; en el informe relativo a 2024, nuestro país ocupa la séptima posición y una puntuación de 64 sobre 100, siendo el valor medio de los Estados miembros de 54,8. En dos de las dimensiones citadas -el uso de internet y las habilidades digitales- se puede decir mirando estos datos que no existen diferencias destacables entre los españoles y las españolas. 

 

En los seis indicadores que construyen en epígrafe sobre el uso de internet, hombres y mujeres muestran prácticamente los mismos porcentajes, siendo las principales excepciones la formación online (un 31% de mujeres la realizan frente al 25% de hombres) y el uso de banca la electrónica (76% de hombres frente a 73% de mujeres). Tampoco existen notables diferencias en el ámbito de las habilidades digitales, aunque la proporción de hombres con habilidades por encima de las básicas supera por tres puntos porcentuales a la de mujeres (40% frente a 37%). 

 

La verdadera brecha de género aparece en el terreno de la formación y el empleo en profesiones tecnológicas, donde los cuatro indicadores que miden esta dimensión ofrecen una visión desoladora de la participación de las españolas. Así, solamente 13 mujeres por cada 1.000 se gradúan en carreras científicas y tecnológicas (STEM: Science, Technology, Engineering and Mathematics) frente al 33 hombres, y el porcentaje de graduadas en disciplinas relacionadas con las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) es de 0,6%, mientras que en los hombres es de 4,2%. De la misma manera, la tasa de especialistas TIC es del 1,7% entre las españolas y del 6,6% entre los españoles. Finalmente, dentro del sector tecnológico se ha detectado una brecha salarial del 7% entre trabajadores y trabajadoras. 

 

A la vista de estos datos, urge promover la incorporación de la mujer al sector de la tecnología digital, y, para ello, resulta imprescindible desarrollar programas de políticas y medidas concretas que adapten esta meta a las distintas etapas del curso de la vida. En las edades más tempranas, hay que centrar las acciones en la promoción del interés por las tecnologías desde la niñez, así como en apoyar la elección de estudios tecnológicos por parte de las jóvenes. 

 

 

 
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