Ha caído en mis manos un interesante informe que ha realizado The Boston Consulting Group para la empresa Google, España cONecta, que lleva por subtítulo “Cómo transforma Internet la economía española”, y que realiza la ardua tarea de medir el impacto de las redes en la estructura económica de nuestro país. Es la primera vez que leo un trabajo de este tipo (aunque puedan existir otros que desconozco) y me parece un ejercicio indispensable para poder valorar si la economía digital tiene posibilidades de convertirse en un motor de crecimiento, o si por el contrario no es más que un juguete para frikis e iluminados de distinto pelaje. Yo alguna vez he intentado realizar un experimento similar utilizando la Contabilidad Nacional de España, pero me ha parecido harto difícil, especialmente a la hora de acotar los distintos epígrafes que configuran el sector TIC.
Solamente se me ocurre una crítica a los autores, y es que no hayan realizado un análisis de la capacidad de creación de empleo potencial de las actividades relacionadas con la red de redes y del tipo de perfiles profesionales que se demandan en la actualidad o que pueden llegar a demandarse. Es algo fundamental en los tiempos que vivimos.
Según el estudio, las actividades directamente relacionadas con Internet ya aportan 23.000 millones de euros al PIB español, lo que supone un 2,2 por ciento del mismo (datos de 2009). Esta cifra podría llegar a 63.000 millones en 2015. Desagregando las cifras anteriores, el consumo privado relacionado con la red – que incluye epígrafes como el comercio electrónico, la banda ancha y los dispositivos de conexión-, aportó 14.000 millones de euros en el año de referencia, pudiendo alcanzar la magnitud de 53.000 en 2015. La inversión privada en banda ancha y en equipamiento de red puede pasar de los 8.400 millones a 15.000, mientras que el equivalente público lo haría de 5.900 millones a 7.000, en el horizonte temporal contemplado. Finalmente, el desequilibrio negativo de la Balanza de Pagos en este sector detrae del PIB de 2009 4.900 millones.
Por otro lado, Internet también tiene un impacto indirecto sobre la economía. Más de las tres cuartas partes del PIB se genera en sectores en los que las redes están transformando procesos clave de negocio, como compras, marketing o venta final. Y además, hay que tener en cuenta las cifras del valor del comercio electrónico entre empresas (157.000 millones de euros), el gasto de los consumidores en productos que han conocido a través de Internet (38.000 millones) y la publicidad on line (654 millones de euros).
Sin embargo, el peso en España de los sectores intensivos en TIC, inferior al 50 por ciento del Valor Añadido Bruto, es muy bajo comparado con el de otros países de la Unión Europea, Estados Unidos o Japón, que superan 60 por ciento. Parece ser que la inversión en TIC española ha sido mucho más tardía y menos progresiva que la de otras naciones.
Los autores del trabajo establecen una serie de recomendaciones para impulsar el papel de Internet como motor de crecimiento económico:
- Mayor adopción del comercio electrónico por las PYMEs.
- Mayor internacionalización del negocio on line de las empresas españolas.
- Aumento de la penetración de dispositivos avanzados con conexión a Internet, de la banda ancha clásica y de la de muy alta velocidad.
- Mejora de la formación en el ámbito académico y empresarial para un aprovechamiento más eficaz de Internet.
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