En el momento actual, tanto europeos como norteamericanos compartimos una visión muy pesimista sobre el presente y el futuro inmediato de nuestras respectivas economías y sociedades. Como decía con su particular gracejo Chiquito de la Calzada, la sensación general es que “la cosa está muy mal”. No obstante, desde los gobiernos y desde algunas instituciones internacionales se afirma que se vislumbran brotes verdes en la distancia y que estamos en camino de salir del bache. El sentido común de numerosos expertos nos devuelve a la cruda realidad, enchufándonos un auténtico manguerazo, más que un jarro de agua fría, sobre las posibilidades de recuperación a corto plazo.
Este es el caso de Rana Foroohar, que desde las páginas de la del número del 20 de junio de la revista Time se dedica a desmontar cinco mitos sobre la coyuntura actual de la economía de Estados Unidos. Me gustaría compartir aquí sus reflexiones y ver en que medida son aplicables para Europa.
Mito 1: Esto es un bache temporal y pronto comenzaremos a crecer a toda máquina.
En los EE.UU. la tasa de empleo se recuperaba en seis meses tras una recesión, sin embargo esta vez el McKinsey Global Institute calcula que se tardará cinco años. Al igual que ocurre en Europa, y especialmente, en España, el país americano está sumido en el círculo vicioso baja demanda de consumo-baja producción de bienes y servicios-escasa o nula creación de empleo.
Mito 2: La política monetaria del Gobierno puede iniciar la recuperación
No parece que sea así: los esfuerzos de Obama por bajar los tipos de interés a largo plazo, mediante la compra de bonos del Tesoro por la Reserva Federal, acción que pretende aliviar la presión sobre las familias facilitando la refinanciación de hipotecas, no han tenido el efecto esperado. El problema es que los desempleados no pueden hacer frente a los pagos, independientemente del tipo de interés aplicado. En Europa la situación es aún peor pues las distintas velocidades de evolución de los distintos países está llevando al Banco Central Europeo a iniciar una política de subida de tipos para contener la amenaza inflacionista de los más avezados, poniendo en difícil situación a los países más estancados, como es nuestro caso.
Mito 3: El sector privado será la clave de la mejora
El artículo postula una desconexión entre los beneficios de las grandes empresas norteamericanas que evolucionan con éxito y los trabajadores americanos, que ahora ganan un salario real inferior al que ganaban antes de la recesión. Las compañías prefieren realizar sus inversiones productivas fuera de EE.UU., en países como Brasil, China o India. De hecho, el periodo 2000-2007 fue uno de los más flojos en términos de creación de empleo desde la Gran Depresión. Las empresas que operan en mercados globales (manufactureras, banca, exportadoras, energía, servicios financieros…) no contribuyeron prácticamente nada a la creación interna de empleo entre 1990 y 2008. España no tiene un componente tan global en su tejido productivo, pero es un dato a tener en cuenta que algunas de las grandes empresas que operan fuera de nuestras fronteras y que actualmente generan beneficios están llevando a cabo recortes de plantilla en nuestro país.
Mito 4: Nos moveremos a buscar nuevos trabajos
El tan cacareado mito de la extrema movilidad de la mano de obra americana que equilibraba el mercado laboral entre los distintos estados de la Unión ha dejado de ser verdad. En 1980, 1 de cada 5 trabajadores cambiaba de localidad cada año; hoy en día es 1 de cada 10. Una de las principales causas de esto es la incorporación de la mujer al trabajo: antaño, el padre cambiaba de trabajo y se trasladaba a otra localidad llevando a su familia a cuestas, mientras que hoy las mujeres acceden a trabajos cualificados y bien pagados y no renuncian a ellos fácilmente, como es lógico, por la trayectoria profesional de su pareja. Por otro lado, existe una brecha entre la cualificación del trabajador medio americano y las competencias demandadas. En España nunca ha existido ese grado de movilidad, en parte por la costumbre de adquirir la vivienda en propiedad, en parte por el arraigo de la gente en sus círculos familiares y de amistades. La pregonada libertad de circulación de trabajadores entre los países de la Unión Europea no deja de quedarse en el papel, por lo menos en las viejas generaciones de españoles, dadas las limitaciones idiomáticas y culturales.
Mito 5: Los emprendedores son la base de la economía
Los emprendedores siempre han sido considerados como una fortaleza del modelo económico norteamericano, pero lo cierto es que las cifras de creación de nuevos negocios vienen descendiendo desde 1980. Paradójicamente, el sector financiero ha venido creciendo desde entonces. Un estudio de la Kauffman Foundation defiende que el sector financiero de Estrados Unidos ha absorbido talento que podría haberse dedicado a la emprededuría, a la creación de start-ups tecnológicas, por ejemplo. La contracción del crédito ha acentuado esta tendencia. España por el contrario siempre ha tenido poca tradición emprendedora: tradicionalmente el español prefiere un trabajo fijo por cuenta ajena que poner en marcha iniciativas empresariales, aunque éstas auguren grandes beneficios.
Visto el pesimismo que impregna la visión del futuro de la nación (hasta ahora) más poderosa del mundo, no sé cómo deberíamos sentirnos nosotros, en la periferia de una Europa que se queda atrás dentro del mapa económico mundial.
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