Mientras que en España estamos hipotecando nuestro futuro mediante la destrucción sistemática del sistema educativo, otros países como Brasil demuestran tener gobernantes más inteligentes que los nuestros que están apostando por su crecimiento y bienestar a largo plazo a través de importantes inversiones en la educación superior. Es el caso del programa “Ciencia Sin Fronteras”, una iniciativa destinada a reforzar la calidad de la fuerza de trabajo brasileña. Cuando nosotros no tenemos soluciones, quizá deberíamos aprender de lo que están haciendo bien los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y otras naciones emergentes que llevarán la voz cantante en este nuevo mundo que nace.
La filosofía de “Ciencia sin Fronteras” consiste en enviar a un gran número de estudiantes brasileños a estudiar a prestigiosas universidades del extranjero mediante becas financiadas por el Estado y por el sector privado, que aporta un cuarto del coste del programa. La formación se centra en campos considerados como estratégicos para el desarrollo del país: la biotecnología, las ciencias de los océanos y la ingeniería del petróleo. Se prevé que para 2015 más de 100.000 brasileños habrán pasado en el extranjero un año o más recibiendo formación universitaria o de posgrado. Lo relevante de la cifra sugiere que no se trata de una mera acción puntual para formar líderes, sino que se ha concebido como una acción con vocación transformadora de la estructura económica del país carioca.
La realidad actualmente es que las empresas del país no encuentran profesionales suficientes con los perfiles descritos y los que hay tienen una formación insuficiente, pues la calidad de las instituciones de educación superior nacionales deja bastante que desear.”Ciencia Sin Fronteras” se lleva a cabo mediante acuerdos con terceros países, que albergarán a los estudiantes brasileños becados, si bien cada estudiante pagará completamente las tasas de su formación, no hay rebajas o descuentos.
Estados Unidos ya ha firmado un acuerdo con Brasil para recibir a 20.000 estudiantes, mientras que Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia se llevarán entre 6.000 y 10.000 cada uno. Además del acuerdo educativo, se contempla la posibilidad de realizar otro tipo de acuerdos comerciales y económicos entre estas naciones y el país sudamericano.
Hay que destacar que “Ciencia Sin Fronteras” tiene un precedente en los años sesenta y setenta, en los que Brasil pagó becas de estudios en el extranjero en las áreas de la explotación petrolífera, investigación agrícola y diseño de aeronaves. No es casualidad que hoy este país esté a la cabeza del mundo en estos tres sectores.
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