El futuro del trabajo a medio
plazo se verá afectado directa o indirectamente por una serie macrotendencias,
algunas de las cuales tienen que ver con las nubes que se ciernen sobre la
situación internacional. La consultora GlobalData identifica la crisis de las
cadenas de suministro internacionales entre las más relevantes. La pandemia del
COVID-19 y sus efectos persistentes en la economía china, y, posteriormente, el
conflicto ruso ucraniano, han creado problemas de abastecimiento y subidas
disparadas de precios en sectores como la energía, la química, productos
metálicos o la alimentación, entre muchos otros.
Una de las consecuencias directas
de esta disrupción de las redes de abastecimiento globales es la relocalización
de la producción desde los países emergentes de vuelta a los países de origen,
como una forma de garantizar la autosuficiencia, por lo menos en lo relativo a
la fabricación de bienes esenciales. GlobalData afirma que en los últimos dos
años tres cuartas partes de las empresas de Reino Unido han aumentado la
proporción de proveedores locales. Hay quien asocia esta tendencia con una
inversión del proceso de globalización que lleva en marcha tres décadas, de
forma que avanzaríamos hacia un mundo menos conectado que el actual, en el que
primarían de nuevo los estados fuertes y las soluciones locales a los
problemas, caracterizado por barreras fronterizas que limitan el flujo de
personas y mercancías. De hecho, el peligro de la desglobalización fue uno de
los temas que abordó el Foro Económico Mundial en su reunión de Davos de mayo
de 2022.
Otra gran tendencia actual que
afecta al mundo de las organizaciones, y que puede tener impacto sobre el
trabajo, es el cumplimiento de criterios ESG (environmental, social and
governance), es decir, los factores ambientales, sociales y de gobierno
corporativo que se toman en cuenta a la hora de invertir en una empresa. Más
directamente en el terreno del empleo, GlobalData también identifica como una
tendencia postpandemia el abandono en masa de la fuerza laboral, lo que se ha
dado en llamar “la gran renuncia” (Great Resignation), que implica que
en algunos países queden cada vez más puestos de trabajo sin cubrir. El FMI
calcula que, en EE. UU., Reino Unido, Canadá y Australia, había a finales de 2021
entre el 50% y el 80% más plazas vacantes que antes de la crisis sanitaria.
Uno de los grandes temas del
ámbito laboral que emerge en la década pasada es la gig economy,
una economía basada en plataformas digitales, bajo demanda centrada en trabajos
esporádicos y de corta duración, que son desempeñados por personas que reciben
una remuneración por cada una de las tareas realizadas. Aunque se planteaba
como un gran yacimiento de empleo, en los últimos tiempos las empresas de este
sector se han tenido que enfrentara aspectos legales que acaban con el vacío
normativo en el que han basado su despegue. Así, los gobiernos de distintos
países han intervenido para garantizar los derechos de los trabajadores de
estas plataformas, como fue el caso de Países Bajos con la empresa de reparto
de comida Deliveroo, o España, con el caso Glovo en 2020, y la denominada Ley
Rider, que garantiza los derechos de los repartidores. Desde el ámbito
comunitario se está trabajando igualmente en una directiva para mejorar las
condiciones de trabajo en plataformas digitales. El tiempo dirá si la cobertura
de unas condiciones de trabajo para los empleados no supondrá el fin de la
rentabilidad de este tipo de empresas, tradicionalmente basada en el todo vale.
A las tendencias geoeconómicas,
sociales y políticas hay que sumar el efecto que está teniendo el desarrollo
tecnológico en el mercado de trabajo. De nuevo GlobalData nos ofrece una
panorámica en este sentido, cuando plantea un marco para el futuro del trabajo
caracterizado por los siguientes cinco componentes: visualización,
automatización, interpretación, colaboración y conectividad.
El primer elemento mencionado, la
visualización, hace referencia a que el trabajador digital deberá utilizar
gráficos e imágenes para presentar o transmitir la información, dado que se
verá obligado a manejar, analizar e interpretar grandes volúmenes de datos. De
esta forma, cobran cada vez más relevancia tecnologías como la realidad
aumentada y virtual, los gemelos digitales y las herramientas de visualización
de datos. Se trata de un camino que se espera que acabará por integrar los
puestos de trabajo en el metaverso.
Luego se menciona la
automatización como una forma de que las máquinas complementen el trabajo
humano, y que está relacionada con los robots industriales, los vehículos
autónomos, la impresión aditiva o los drones. Por otra parte, la interpretación
trata de la toma de decisiones en entornos muy complejos haciendo uso de
ingentes cantidades de datos, y aplicando tecnologías de inteligencia
artificial, especialmente, el aprendizaje automático. El ámbito de la colaboración
utiliza la tecnología para facilitar el trabajo en equipo y las relaciones con
los clientes, como las plataformas CRM, y, finalmente, la conectividad implica
usar redes para mejorar la comunicación y los procesos, con tecnologías como
las que dan soporte al internet industrial, el estándar 5G y el internet de las
cosas en general.
GlobalData destaca también el
metaverso como tendencia a la que se dirige la evolución del puesto de trabajo,
dado que constituirá un entorno virtual de colaboración idóneo para el trabajo
en equipo. No obstante, reconoce que, aparte de pioneras como Accenture o Havas
que empiezan a generar experiencias al respecto, la gran parte de las empresas
está a la expectativa hasta ver cómo va evolucionando esta tecnología y qué
posibilidades reales ofrece.
Finalmente plantea como tendencia
el trabajo híbrido -combinar teletrabajo con trabajo presencial- como un modelo
que ha venido para quedarse tras la pandemia.