Ahora que España ha iniciado la
desescalada hacia la denominada “nueva normalidad”, las relaciones sociales
presenciales irán recuperándose tímidamente, tras dos meses largos de
confinamiento. Durante esta situación anómala –más propia de una distopía que
de la vida que solíamos llevar- la videoconferencia se ha convertido en la
protagonista absoluta de nuestros días inacabables, permitiéndonos seguir en
contacto con el mundo exterior desde el encierro.
A pesar de que las cifras de
crecimiento del uso de videollamadas evolucionaban a buen ritmo en los últimos
años, la reclusión doméstica a la que se ha visto sometida una buena parte de
la población del mundo le ha dado el empujón definitivo a esta tecnología. Todo
aquel que ha podido seguir trabajando desde casa ha utilizado este medio para
sustituir las reuniones y encuentros presenciales, y a ello hay que sumarle el
uso doméstico, que se ha disparado, ante la imposibilidad de reunirnos en
persona con familiares y amigos.
Para hacernos una idea de lo
significativo del incremento, solamente en el Reino Unido las videollamadas han
crecido un 62% en el primer trimestre de 2020, de acuerdo con Kantar Media. La
consultora App Annie registró en la semana del 14 al 21 de marzo un pico
mundial de descargas de aplicaciones –tanto de iOS como de Google Play- de 62
millones, un 45% más que la semana precedente, y un 90% más de la media semanal
de descargas de apps de negocios en
2019.
Dentro de los distintos productos
que nos permiten realizar llamadas con imagen, ha destacado durante el
confinamiento Zoom Cloud Meetings, que ha registrado récords de descargas en
febrero y marzo. La semana del 15 al 21 de marzo fue descargada en Estados
Unidos catorce veces más que una semana media del último trimestre de 2019,
mientras que el aumento fue de veinte veces más en Reino Unido, veintidós en
Francia, diecisiete en Alemania, veintisiete en España, y cincuenta y cinco
veces más en Italia. En nuestro país es ahora mismo de las más populares, a
pesar que la versión gratuita solamente permite realizar videollamadas de 40
minutos de duración, y que han sido detectado importantes fallos de seguridad
en su programación, que pueden poner en peligro los datos personales del
usuario.
Parece más que evidente que la
videoconferencia está aquí para quedarse. Aparte de su uso en entornos
corporativos –el incremento de la población en régimen de teletrabajo es otra
tendencia que con seguridad se queda tras la crisis-, la necesidad de
relacionarse de las personas con sus allegados durante el confinamiento, la
necesidad de “verse”, más allá de la conversación telefónica o texto de WhatsApp,
ha popularizado esta tecnología creando una masa crítica de usuarios
considerable.
Aunque a partir de ahora podamos
ya salir más y juntarnos –de forma prudente- con los demás, es más que probable
que mantengamos la costumbre de comunicarnos a distancia utilizando la imagen y
no solo la voz. Las videollamadas ya son mainstream:
las realiza toda la sociedad y no solo aquellos individuos más techies.
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