La rápida evolución de la
inteligencia artificial durante la pasada década ha hecho saltar todas las
alarmas en relación con sus posibles efectos sobre el empleo. A medida que las
máquinas adquieren más habilidades, más peligro se percibe de que puedan llegar
a sustituir a los humanos. No obstante, el futuro del trabajo depende de un
complejo esquema de relaciones entre los sistemas inteligentes y los humanos
que no implica necesariamente la sustitución de los segundos por los primeros.
A menudo se vuelve la vista atrás para analizar qué pasó con el trabajo en las
grandes transformaciones tecnológicas del pasado, y la conclusión es que
acabaron por crear mucho más empleo del que destruyeron. Pero para algunos esta
vez no será así.
Para Goldman Sachs, la
inteligencia artificial generativa puede elevar un 7% el PIB global, aunque
también apunta que va a producir impactos significativos en los mercados de
trabajo, de forma que la automatización de tareas podría afectar a un total de
300 millones de empleos a tiempo completo.
Un informe sobre el futuro del
trabajo publicado en mayo por el Foro Económico Mundial identificaba como
tendencia la transformación de los modelos de negocio empresariales a raíz de
la digitalización: más del 85% de las empresas encuestadas en el trabajo
reconocen que sus procesos se van a ver afectados por la adopción de
tecnologías de vanguardia. Alrededor del 75% de las compañías prevé
adoptar big data, inteligencia artificial y cloud computing.
Con todo, este estudio se muestra
en principio optimista sobre el mercado de trabajo. De acuerdo con su
predicción, la aplicación de la mayoría de las tecnologías traerá consigo
creación de empleo en los próximos cinco años, e identifica los mayores
yacimientos en profesiones relacionadas con la analítica de big data,
la gestión medioambiental y del cambio climático, y la encriptación y la
ciberseguridad. Por el contrario, este análisis también prevé destrucción de
empleo causado por las tecnologías agrícolas, las plataformas digitales y apps,
el comercio electrónico y la inteligencia artificial. El saldo neto se espera
que sea negativo, habiéndose creado finalmente menos empleo del que se
destruye. Así, los cálculos arrojan un crecimiento estructural de 69 millones
de empleos frente a una caída de 83 millones, lo que equivale a una pérdida neta
de 14 millones de empleos, aproximadamente el 2% del que hay hoy en día.
Los perfiles laborales cuya
demanda probablemente crezca más rápido serán sobre todo aquellos relacionados
con la digitalización y la sostenibilidad. El Foro Económico Mundial identifica
entre éstos los de especialista en inteligencia artificial y aprendizaje
automático, los especialistas en sostenibilidad, analistas de inteligencia de
negocio y analistas en seguridad informática. Les siguen en importancia los de
ingeniero en energías renovables, ingeniero de instalaciones solares e
ingeniero de sistemas. En el otro extremo, los perfiles más proclives a
desaparecer a causa del cambio tecnológico son los relacionados con el trabajo
de oficina, como administrativos y secretarias, cajeros de banco, cobradores,
taquilleros y personal dedicado a teclear datos.
El Foro Económico Mundial predice
que el 44% de las habilidades de los trabajadores se verán disrumpidas en los
próximos cinco años. Las habilidades cognitivas van cobrando cada una mayor
importancia de cara a ejercer una profesión, por la importancia que presenta
ahora la capacidad de resolución de problemas complejos. Destaca en este
sentido la importancia que se le otorga al pensamiento creativo, al pensamiento
analítico y a los conocimientos tecnológicos.