Ya se alzan voces que profetizan
que el mundo en el que viviremos tras la pandemia ya no será el mismo. No
obstante, en muchos casos la crisis provocada por el COVID-19 no ha hecho más
que acelerar grandes tendencias que ya estaban en marcha. Uno de los casos más
representativos de esto es el de la emergencia de un nuevo modelo de ocio
televisivo y el auge de las plataformas audiovisuales.
A lo largo de la década que ahora
cerramos hemos visto como la llegada de nuevos agentes al mercado televisivo
español han transformado ya no solo el panorama del tejido empresarial, sino
también las reglas del juego. Internet ha acabado por afianzarse como el medio
protagonista a donde se ha trasladado la competencia, y, frente a los modelos
de ingresos basados en la publicidad y en la lucha por la audiencia, han
emergido otros diferentes basados en la suscripción.
El año 2020 comenzó con un
tablero en el que los grupos grandes nativos del sector de la televisión –Atresmedia,
Medisaset y RTVE- se enfrentan a una competencia llegada de otros sectores,
como Movistar+ (telecomunicaciones), Netflix (alquiler de vídeo), HBO
(televisión por cable) y Amazon (comercio electrónico). En marzo se sumó
Disney+, con una oferta centrada en su propia producción, así como en los
exitosos catálogos de Marvel y Star Wars. En esto llegó la emergencia sanitaria
y nos vimos obligados a quedarnos en casa, prácticamente de un día para otro.
Desde entonces, el consumo de audiovisual a través de plataformas digitales se
ha disparado, subrayando que esta forma de ofertar –con sus distintos modelos
de negocio- y consumir contenidos va a ser la norma en el futuro cercano.
Netflix es sin duda el paradigma
del nuevo modelo televisivo. La plataforma de Reed Hastings ha ganado casi 16 millones de
nuevos clientes en el primer trimestre del año en todo el mundo. La
suscripción esta en la base de sus ingresos dado que su oferta carece de
publicidad. En España, prácticamente todas las cadenas por streaming han incrementado
su tráfico de forma espectacular durante las semanas en las que se ha
impuesto el confinamiento. El caso más notable es el de HBO, cuyo tráfico
creció un 244% entre el 15 de marzo y el 9 de abril, seguida de cerca por la
web española para cinéfilos Filmin, que lo hizo en un 235%. En el mismo
periodo, el de Movistar + aumentó en un 209%, mientras que los de Netflix y
Amazon Prime en un 186% y un 176%, respectivamente. Por su parte, la recién
llegada Disney+ lleva contabilizadas en un mes en torno a un millón de
descargas de su aplicación en nuestro país.
Resulta lógico pensar que, al
haber encerrado nuestras posibilidades de ocio entre cuatro paredes, nos
volquemos sobre el consumo de series y películas para matar el exceso de tiempo
en el hogar. Pero una vez que acabe el confinamiento podremos comprobar que la
posición de las plataformas digitales se habrá consolidado entre los hábitos de
consumo de nuestro país, lejos de constituir algo anecdótico. Hemos entrado en
la era de la televisión digital por internet.