lunes, 18 de mayo de 2020

La mejor ciberdefensa es la formación y la información


Hablando con sinceridad, los ciudadanos de a pie andamos todos muy escasos de conocimientos de seguridad. Las conexiones que tenemos en casa suelen tener un nivel de protección insuficiente, y a menudo incluso no dotamos el acceso a la red wifi domestico con contraseñas robustas para evitar que puedan entrar intrusos en ella. Por otro lado, todos los dispositivos familiares que conectamos a dichas redes –portátiles, teléfonos, tabletas, consolas- tampoco suelen tener actualizadas las últimas versiones del software, lo que genera huecos de seguridad notables. Si a ello le sumamos que carecemos, en términos generales, de las nociones básicas de ciberseguridad, podemos comprender que esta situación de confinamiento expone a las ciberamenazas, no sólo a las familias, sino a las empresas, cuyos sistemas pueden verse atacados a través de las brechas de seguridad que presenta el entorno doméstico del teletrabajador.

Las cifras de ciberataques se han disparado en las últimas semanas. La media diaria es de 2 600 ataques, pero el día 28 de marzo llegaron a registrarse hasta 5 000. Con todo, los expertos avisan de que el pico de actividad maliciosa probablemente no se ha alcanzado todavía. Las acciones detectadas son de todo tipo: desde intentos de robo de contraseñas y datos, hasta ataques directos contra organizaciones, e incluso, hospitales. También se ha producido una escalada del volumen de bulos y noticias falsas en circulación relacionadas con la pandemia, cuyo fin es crear pánico entre la población y desestabilizar las instituciones.

La reciente “digitalización extrema” a la que hemos tenido que adaptarnos bruscamente ha jugado abiertamente a favor del hacker, principalmente porque ahora estamos más expuestos tecnológicamente hablando. La sociedad se ha hecho mucho más dependiente de las infraestructuras digitales y la conectividad. Además, nos hemos visto abocados al teletrabajo, sin que gran parte de las empresas y organizaciones hayan podido probar debidamente cómo implantar con éxito esta modalidad. Por otro lado, el consumo electrónico se ha disparado: todo lo que hacemos encerrados tiene un mayor peso digital. Finalmente, existe un amplio porcentaje de población que no está tan familiarizado con el uso cotidiano de tecnología, pero que se ha visto igualmente empujado a incorporarla en su vida diaria. Desde la perspectiva de cazador del ciberdelincuente, la pandemia ha multiplicado el número de presas que se encuentran completamente al descubierto y que son muy fáciles de abatir.

En Europa se detecta una notable falta de información sobre los riesgos del cibercrimen. Únicamente el 46% de los ciudadanos europeos se considera bien informado, de acuerdo con los datos del Eurobarómetro. Y este porcentaje disminuye al 35% en el caso de los españoles. Atendiendo a la aplicación de medidas de seguridad, tan solo el 45% de los europeos ha optado por instalar un antivirus o modificar el que ya poseía. En nuestro país, la instalación de antivirus es la medida de seguridad más utilizada, aunque solo alcanza al 35% de los internautas. Por otro lado, somos uno de los Estados miembros de la UE, junto a Rumanía y Portugal, en el que más porcentaje de internautas (22%) declara no adoptar ninguna medida de seguridad cuando utilizan internet. Sin embargo, la mejor ciberdefensa es la formación digital y la información. Solamente una población que se mueva con soltura por el medio digital, y que conozca sus riesgos y cómo evitarlos, podrá frenar en gran medida los riesgos que acechan en internet.

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