lunes, 3 de septiembre de 2018

El sector del dron español

Dron, una aeronave no tripulada. En principio, podría parecer que no son más que juguetes caros para realizar impactantes fotos aéreas, pero ya el ejército de los EE.UU. descubrió a principios de este siglo su mortífera utilidad como armas para atentar con precisión contra los líderes de al-Qaeda en Afganistán.

Mas los drones no se quedan con la imagen de bombas teledirigidas; su utilidad se multiplica día a día desde campos tan diversos como el transporte de mercancías y la prospección minera, por poner dos ejemplos. O el suministro de conectividad inalámbrica tras una catástrofe natural, como hizo la aeronave Flying COW en Puerto Rico en septiembre del pasado año tras el paso del huracán María.

Los vientos desatados arrasaron con la infraestructura eléctrica y de comunicaciones de la isla dejando incomunicada a la población. Para restablecer el servicio lo más rápido posible, la operadora AT&T utilizó el dron Flying COW que emitía señales de comunicaciones móviles hasta cuarenta kilómetros en todas las direcciones, de forma que nada más encenderlo, la gente empezó a conectarse recuperando la comunicación. Era como una torre de telefonía móvil volante.

El modelo utilizado en Puerto Rico era un pequeño helicóptero diseñado para ofrecer un servicio rápido de conectividad a un reducido número de personas. Sin embargo, Art Pregler, responsable dentro de AT&T del programa de sistemas voladores no tripulados, ya está experimentando con helicópteros más grandes, con rotores de más de dos metros, para ofrecer conectividad a grupos mayores, por ejemplo, en un festival de música.

Los drones también ayudan a salvar vidas. La empresa norteamericana Zipline ha creado un servicio de transporte aéreo para los hospitales de Ruanda en colaboración con el gobierno de ese país. Sus aeronaves llevan sangre y plaquetas para transfusiones a veintiún hospitales dispersos y alejados, reduciendo el tiempo de entrega de varias horas a unos quince minutos de media, una espera que puede determinar la vida o la muerte del paciente.

En España, en junio de 2018 la Agencia Estatal de Seguridad Aérea tiene registrados a 3.193 operadores habilitados para manejar drones, casi un 50% que hace un año, lo que da una idea del ritmo de crecimiento de este sector, aunque aún está dando sus primeros pasos. La relativa juventud de esta actividad en nuestro país justifica la falta de información que existe sobre el estado del arte. No obstante, contamos con un trabajo pionero en este campo que es el 1er barómetro del sector de los drones en España realizado por ToDrone.

El estudio, fechado en diciembre de 2016, está basado en una encuesta de más de 30 preguntas dirigidas a un total de 400 panelistas profesionales (empresas, operadores, pilotos, etc.) seleccionados. Los resultados ofrecen un esbozo del mercado de los drones español.

El sector del dron está realmente atomizado pues está compuesto en su mayoría por pequeñas empresas y autónomos, que suponen en conjunto el 93% del total. En concreto, el 85% de las empresas tiene entre uno y cinco empleados. Para los autores del informe, el escaso tamaño de las compañías limita seriamente la capacidad de crecimiento del sector y el poder llevar a cabo operaciones de cierta envergadura.

Siguiendo con la caracterización de la empresa española de drones, el 90% de las mismas realiza menos de cincuenta trabajos aéreos al año, es decir, como mucho un servicio por semana. Por otro lado, el 60% se mueve en mercados regionales y locales exclusivamente, lo que limita en gran medida la cobertura de los servicios aéreos ofrecidos.

En lo relativo a las principales áreas de negocio en las que se utilizan drones, destaca con diferencia el ocio y el audiovisual, que concentra el 45% de los trabajos, seguido de lejos por la minería y las infraestructuras (16,9%) y por actividades relacionadas con la agricultura y el medio ambiente (14,5%). La utilización de aeronaves no tripuladas para el transporte de mercancías todavía no tiene una presencia significativa en nuestro país (1,2%).

Por otra parte, la encuesta pone en evidencia que la financiación del sector es abiertamente insuficiente y que en torno al 80% de los negocios no ha recibido fondos externos ni públicos ni privados.

Respecto al volumen de negocio, la quinta parte de los entrevistados cerró el año 2016 sin facturación de ningún tipo y un 40% facturó menos de 25.000 euros. Se trata de una actividad que está dando sus primeros pasos y a la que le falta cierta madurez para demostrar su rentabilidad económica.

En cuanto a las oportunidades de mejora en el futuro que contemplan los profesionales para el sector de los drones, destaca la integración con otras actividades y sectores, los desarrollos de I+D+i que lleguen a medio plazo y la profesionalización de las operaciones, así como de los técnicos y pilotos a través de una formación continuada e integral.

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