El jayán Facebook está mostrando flaquezas después de haber liderado durante cinco años la transformación del mundo hacia lo 2.0. Será por la crisis, será porque se agota su modelo de crecimiento, será por un incierto esquema de ingresos o por otras razones, pero lo cierto es que se enfrenta a una encrucijada en la que debe elegir un camino óptimo para seguir manteniendo su tradicional liderazgo.
Dos son la principales amenazas a las que se enfrenta cuyo grado de peligro no voy a entrar a discutir. En primer lugar, el descalabro que ha sufrido en su salida a bolsa, que ha rebajado al abismo el valor de la compañía quizá porque había generado expectativas demasiado generosas. No le deseo ningún mal a Zuckerberg, pero prefiero que se la pegue en la salida a que se genere otra burbuja tecnológica como la de 2000 que al explotar posteriormente agrave los problemas de nuestras ya de por sí maltrechas economías.
Por otro lado, informes y estudios advierten de que, a pesar de la monumental masa crítica de usuarios de Facebook, el tiempo de permanencia en dicha red está disminuyendo considerablemente. El valor de un espacio en Internet no depende solamente del número de afiliados sino de lo que éstos hacen allí. ¿Se habrá cansado la gente de Facebook (pregunta horribilis)? Personalmente yo sí he notado una bajada del volumen de actividad de mis allegados en esa red social, pero no creo que constituya una muestra lo suficientemente representativa del conjunto de los 800 millones (creo que por ahí va la cifra) de parroquianos.
La edición del 21 de mayo de la revista Time ofrece un abanico de posibles acciones y políticas que debería acometer el gigante 2.0 para mantener su preeminencia en el patio digital, que paso a resumir a continuación:
- Aprovechar la inmensa masa crítica de usuarios y crear una pasarela de pago, del tipo PayPal, para compras a través de Internet.
- Convertirse en un potente servicio de búsqueda en tiempo real, dado que los usuarios postean alrededor de 300.000 actualizaciones por minuto. Supone un tsunami de información cuya indexación sería una fuente de gran valor.
- Vender “bienes virtuales”, como los que se tienen juegos como Farmville. Los pagos virtuales supusieron en 2011 una quinta parte de los ingresos de Facebook, gracias a appis como Mafia Wars y CityVille, entre otros.
- Mostrar más publicidad dirigida; es un tema que de acuerdo con Time está infraexplotado, teniendo en cuenta la cantidad de valiosa información que tiene Facebook sobre los gustos y aficiones de sus usuarios. Debe ir más allá del modelo actual, quizá demasiado tímido.
- Potenciar el uso móvil de la red. La aplicación para teléfonos de Facebook ha sido la más descargada en el iPhone y otros smartphones, con 550.000 usuarios.
- Controlar más a fondo la política de privacidad que tantas críticas y sanciones le produce con harta frecuencia.
- Mantener la emoción de la novedad. Dado lo cambiante de las modas en la red y lo inestable de la fidelidad del usuario, que siempre busca nuevas emociones, Facebook debe siempre mantener un ritmo constante de lanzamiento de nuevas sorpresas y funcionalidades, de innovación en suma, que mantengan enganchado a su público.
Así que ya sabes Zuckerberg, majete…
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