Dentro del peso que están empezando a ocupar las denominadas economías emergentes en el gran retablo del mercado global, destaca la aparición de multinacionales procedentes de dichos países, un fenómeno que antaño parecía vedado a EE.UU., Europa y a potencias asiáticas como Japón y Corea. En el caso de Latinoamérica, la década de bonanza que experimenta la región está conduciendo a que numerosas empresas hayan comenzado a exportar capital productivo más allá de las fronteras de sus países de origen. Son lo que los expertos conocen como multilatinas, que son descritas en una interesante entrevista de Universia Knowledge Wharton.
En el ranking de la revista Fortune de las 500 mayores corporaciones del mundo, el conjunto de Latinoamérica cuenta con 12 empresas (un 2,4% del total), una cifra a primera vista poco llamativa si tenemos en cuenta que España cuenta con 9 y que China ostenta 61. Sin embargo, es importante el crecimiento de esta variable, que en 2005 suponía solamente 5 compañías latinas dentro de la lista.
El origen de las multilatinas hay que buscarlo tanto en el periodo de crecimiento económico sostenido que vive el continente como en la mayor apertura de los mercados, así como en las privatizaciones y en la desregulación de determinados sectores de actividad. En suma, es el efecto de la integración de América Latina en la economía global. La globalización es un camino de doble dirección que no implica únicamente la expansión geográfica del capital de las naciones desarrolladas.
Existen numerosos ejemplos de compañías multinacionales latinoamericanas líderes de sus respectivos sectores, a pesar de que no figuren en los controveritidos rankings internacionales. En Argentina nos encontramos a Arcor en el mercado de las golosinas y a Tenaris en la producción de tubos de acero; México tiene a Bimbo en panadería, a Grupo Modelo en el sector cervecero y a Cemex en la fabricación de cemento; finalmente, en Brasil destacan Braskem en bioplástico y Embraer en jets regionales.
Como podemos ver por los ejemplos anteriores, la región latinoamericana está abandonando su modelo tradicional basado en la exportación de materias primas y abrazando la especialización en sectores de actividad de mayor valor añadido. No se puede hablar de un modelo de desarrollo de ventajas competitivas latinoamericano en la actualidad; cada empresa busca su propio camino y no se puede establecer un patrón común. Sin embargo, sí que existe un elemento en el que todas las multilatinas coinciden: el no ajustarse al esquema de la compañía multinacional tradicional que basaba su ventaja competitiva en una determinada tecnología o en el renombre de su marca.
Los rasgos que definen la posición competitiva de las multilatinas son muy distintos y generalmente están asociados a factores de supervivencia y adaptación al entorno. Destacan temas como la excelencia en la ejecución y fabricación, la capacidad para gestionar alianzas y adquisiciones, la habilidad para desenvolverse en países con entornos institucionales débiles o la especialización en nichos muy concretos de mercado.
En el caso de las adquisiciones de otras empresas, muchas multilatinas han sabido hacerlo con sensatez e inteligencia, adquiriendo aquellas compañías con valor estratégico que pueden aumentar el valor del negocio en su conjunto, e integrándolas con eficiencia en el mismo. Buenos ejemplos de esto son la mexicana Cemex, o la argentina Tenaris, que es líder mundial en la fabricación de tubos de acero gracias a un acertado aumento de tamaño a través de las adquisiciones.
Aprender a sacar ventaja competitiva en un mercado caótico es otra virtud de este tipo de empresas, como la mexicana América Móvil, que aprendió en su México natal a vender en un mercado de telefonía móvil con una regulación ineficaz y deficiente, para posteriormente exportar a mercados similares esa habilidad adquirida en casa.
Por su parte, la brasileña Natura Cosméticos se especializó en nichos de mercado específicos en su país, la producción de cosmética con elementos naturales procedentes de la Amazonia, y en la venta puerta a puerta. Este modelo lo ha sabido llevar con éxito a los mercados internacionales, jugando con una ventaja competitiva que no tienen los rivales ya establecidos.
En otro orden de cosas, el diario económico Cinco Días destacaba a finales del pasado año el significativo aumento de la productividad de la empresa de América Latina, el mayor de todas la regiones del mundo, que ha supuesto un incremento del 46% entre 2008 y 2012. Una justificación de este dato es el buen comportamiento macroeconómico del continente, pero también hay que destacar la implantación de planes eficientes de racionalización operativa y de reducción de costes en las empresas.
Parece ser que algo está cambiando para siempre en Latinoamérica.
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