La digitalización ha transformado profundamente nuestras vidas introduciendo el uso de la tecnología en todos los aspectos de nuestro día a día, desde la forma en que trabajamos hasta en cómo nos divertimos y ocupamos nuestros momentos de ocio. Una de las actividades en la que esta tendencia se hace más patente es en el consumo, es decir, en la manera en que ha evolucionado la forma de comprar desde la presencialidad en el comercio tradicional hasta su virtualización en las redes.
En este sentido, resulta sumamente interesante el nuevo estudio que ha publicado ONTSI -basado en las encuestas anuales que realiza el Instituto Nacional de Estadística-, que, bajo el título Compras online en España. Edición 2024, presenta datos concretos que nos ayudan a comprender la dimensión real de este fenómeno. Así, lo primero que establece este trabajo es que el uso de internet está prácticamente generalizado entre la población española, puesto que el 96% de las personas entre 16 y 74 años accedían a este medio en 2023. De ellos, un 87% compra online, lo que en valores absolutos asciende a unos 30 millones de ciudadanos. Las cifras son aún más impresionantes si consideramos que hace apenas un decenio tan sólo un 60% de los cibernautas compraba en internet.
El perfil del comprador online es el de personas entre los 25 y los 54 años con un elevado nivel de estudios y unos ingresos altos. Coincide en gran medida este dato con los que corresponden a la brecha digital en nuestro país -que no es de acceso, dado que prácticamente toda la población se conecta a servicios y aplicaciones aunque sea solamente a través de un teléfono móvil-, puesto que aquellas personas más rezagadas en el uso de las prestaciones más avanzadas de las redes son aquellas sin estudios o con niveles formativos muy bajos, y, también, de menor renta. El informe resume de esta manera que quienes no compran online tienen mayor presencia en los segmentos de edad avanzada, con un bajo nivel de estudios e ingresos modestos, sin empleo o dedicadas a las labores domésticas.
Otra medida de este crecimiento es la evolución del gasto medio anual por persona en las compras a través de internet, que en 2014 suponía tan sólo 876 euros, habiendo ascendido a 3.307 en 2023. El volumen de negocio en este tipo de comercio ha pasado de casi 70 millones de euros en el primer año a más de 99 millones en la actualidad.
Casi el 80% de los compradores online hacen búsquedas previas en internet para recabar información sobre los productos o servicios, y menos del 30% visitan una tienda física para inspeccionar la mercancía antes de su adquisición. El teléfono inteligente es utilizado por un 75% de los compradores para informarse antes de una compra, seguido del ordenador que es usado por el 68%. Los buscadores web son el canal más consultado para informarse (el 70,5% lo emplea), por encima de las páginas comerciales de las marcas (56%). El aspecto principal de búsqueda tiene que ver con los precios de los bienes y servicios (83%), seguido del relativo a las características del producto (73%).
Sobre aquello que se compra por internet, destaca la ropa, el calzado y los accesorios, el 78,9% de los cibernautas adquiere este tipo de mercancía, y después los eventos culturales, como, por ejemplo, entradas para espectáculos (el 57%). También destacan la cosmética y los productos para el bienestar, y los servicios de restauración a domicilio, ambos utilizados por el 56% de compradores online.
Resulta curioso que los españoles somos bastante conservadores en relación a los medios de pago de la compra por internet, pues casi el 65% hace uso de la tarjeta de débito o crédito frente a opciones más innovadoras como PayPal o pago con móvil mediante app.
Finalmente, las principales ventajas percibidas por la ciudadanía de comprar por internet son la sencillez en el proceso de compra (en opinión del 41,8% de los compradores) y la variedad de productos y servicios disponibles (38,7%).