En los últimos años el internet de las cosas (IoT) ha conseguido arrancar un gran número de titulares en todo el mundo, para poner de manifiesto la capacidad transformadora de esta tecnología digital. Según la Consultora Gardner, el IoT llegará a superar los veinte mil millones de dispositivos conectados en 2020 y ya es un elemento presente en la estrategia de numerosas empresas.
El estudio IoT Enterprise Insight Survey: Europe de Ovum analiza las opiniones y posiciones de empresas europeas que están desplegando soluciones tecnológicas basadas en el internet de las cosas (IoT). Se trata de una parte de un trabajo más amplio que incluye hasta catorce países de varios continentes. El capítulo europeo ha recabado las opiniones de 399 compañías de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España.
En concreto, se ha preguntado sobre las estrategias para abordar el IoT y los principales desafíos que se presentan, sobre la inversión necesaria y las métricas utilizadas, las aplicaciones instaladas, la conectividad y la selección de proveedores.
La razón principal de las empresas españolas (57 fueron consultadas) para instalar soluciones basadas en IoT es mejorar la experiencia del cliente, seguida de la reducción de costes y del aumento de la competitividad. Estos dos últimos factores son los que tienen más peso para las firmas francesas, italianas y británicas, mientras que las alemanas valoran más el mejorar los procesos de negocio.
Cuando se les pregunta sobre los mayores retos que supone el IoT, las empresas españolas, igual que las alemanas, señalan los temas relacionados con la seguridad de los datos y de las redes. Le siguen en importancia la preocupación por los costes esperados del despliegue a lo largo del tiempo y la duda sobre si se dispone de la habilidad necesaria para transformar los datos recogidos en valor comercial para la compañía. Por el contrario, en Francia e Italia se ve como el mayor obstáculo la complejidad que supone integrar las aplicaciones del Internet de las cosas con la infraestructura de informática y telecomunicaciones de la empresa.
De todos los indicadores clave de rendimiento (KPI), la empresa española utiliza especialmente aquellos que miden la productividad de los datos (en esto coincide con las alemanas, británicas y francesas) y en la misma proporción los que evalúan el nivel de satisfacción del cliente. Las italianas en cambio se centran en indicadores que reflejan las mejoras en el volumen de ventas.
Las principales aplicaciones de IoT que valoran las empresas en España son aquellas relacionadas con la automatización o la optimización de operaciones. Igual ocurre en Francia e Italia. En segundo lugar, se encuentran las que tienen por objetivo la gestión del cliente y de la experiencia de este y las destinadas a la gestión u optimización de la fuerza de trabajo. En Alemania, por el contrario, se concede más importancia a aplicaciones para llevar a cabo mantenimiento predictivo.
Al preguntar por las formas de conexión elegidas para llevar a cabo los proyectos de Internet de las cosas, todos los países muestran su preferencia por las tecnologías de conectividad de corto alcance, como bluetooth o wifi, seguidas de los accesos a través de redes fijas, excepto en Reino Unido donde el acceso celular M2M (2G, 3G o 4G) ocupa un segundo lugar en importancia.
De cara a buscar un proveedor de soluciones IoT, las empresas españolas valoran especialmente el grado de conectividad y el alcance de su red, el que exista una integración previa con el proveedor que tenga la compañía de servicios cloud y, finalmente, la compatibilidad del sistema con múltiples soluciones tecnológicas de IoT.
Finalmente, se pregunta a las empresas por las tareas que consideran que requieren mayor apoyo del Internet de las cosas. En España se destaca la logística y la implementación de proyectos, seguida en importancia por la ingeniería de proyectos o soluciones. Los resultados en este caso son muy parecidos en todos los países considerados.
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