viernes, 18 de diciembre de 2009

El dios abandona a Antonio

En su columna del diario Expansión de ayer jueves, Enrique Dans habla sobre ese tema tan de moda que es la pérdida de negocio de la industria discográfica. y la cruzada de los defensores de los derechos de autor contra el denominado pirateo a través de Internet. A su modo de ver, punto de vista con el que coincido plenamente, los cambios tecnológicos han puesto fin al modelo tradicional de negocio de la industria musical -basado en la venta de canciones en soporte físico (vinilo, CD)-, y urge encontrar distintas fuentes de ingresos acordes con los medios actuales, que rentabilicen el trabajo de los artistas.

Sin embargo, lejos de estudiar vías alternativas de adaptación al nuevo entorno, las productoras discográficas y el lobby que constituye la SGAE, presionan al Gobierno para que persiga a los internautas, algo que además de injusto, es técnicamente, dado el tamaño de Internet, bastante complejo, si no imposible.

Todo proceso de reconversión industrial es doloroso y traumático para los que lo viven en primera persona; no hay más que recordar ejemplos relativamente recientes de España como la minería y la siderurgía en determinadas regiones. A pesar de ello, en momentos en que una actividad no resulta rentable hay que cerrarla y apostar por otras con mejores perspectivas de mercado. La actitud de las discográficas recuerda a aquella de países que elevan tarifas arancelarias para gravar importaciones más competitivas de otras regiones del mundo, en lugar de fomentar aumentos de la productividad en la industria doméstica.

Para la gente como yo, que toda la vida hemos estados en lo que ahora se llama "larga cola" del mercado, es decir, que hemos seguido a artistas minoritarios ajenos a los canales mainstream, Internet, el P2P y otras variantes ha supuesto una verdadera bendición, tanto para poder conocer alternativas en las que el mercado discográfico ni se fija, como para acceder a cualquier tipo de música de cualquier lugar del mundo.

Por cierto, el título de la entrada es el de un poema de Kavafis en el que relata la última y dolorosa partida de Marco Antonio de Alejandría. Son versos que bien podría considerar la industria discográfica:

"Cuando de pronto se oiga, a medianoche
a un invisible tíaso pasar
con músicas fantásticas, con voces
tu suerte que declina, tus hazañas
que no fueron cumplidas, tus proyectos
que fueron todo errores, no los llores para nada.

 Como dispuesto de hace tiempo ya, valiente,
dile por fin adiós a Alejandría que se marcha,
y sobre todo no te engañes y no vayas
a decir que fue un sueño, que se confundió tu oído."



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