“Los antiguos construyeron
Valdrada a orillas de un lago con casas todas de galerías una sobre otra y
calles altas que asoman al agua parapetos de balaustres. De modo que al llegar
el viajero ve dos ciudades: una directa sobre el lago y una de reflejo,
invertida. No existe o sucede algo en una Valdrada que la otra Valdrada no
repita, porque la ciudad fue construida de manera que cada uno de sus puntos se
reflejara en su espejo, y la Valdrada del agua, abajo, contiene no solo todas
las canaladuras y relieves de las fachadas que se elevan sobre el lago, sino
también el interior de las habitaciones con sus cielos rasos y sus pavimentos,
las perspectivas de sus corredores, los espejos de sus armarios.”
Italo
Calvino. Las ciudades invisibles
El concepto de gemelo digital ya
está muy extendido en el ámbito de la industria. Consiste básicamente en
construir una réplica virtual de un sistema – por ejemplo, una máquina, un
motor, una línea de producción- y alimentarla con datos en tiempo real, recogidos
del elemento físico original. Una posible aplicación podría ser el prototipo de
un automóvil, donde el gemelo digital debe reproducir cada parte del vehículo
en 3D y replicar el mundo físico en el que circula de una forma tan precisa que
un conductor de la réplica virtual reciba las mismas respuestas que si pilotase
el modelo real. La utilidad de esta tecnología es innegable en aspectos como el
mantenimiento predictivo, pues con el modelo virtual podemos simular de manera
fiel las situaciones y condiciones a las que se puede ver sometido un elemento,
y estudiar su reacción, sin comprometer la seguridad ni el buen funcionamiento
de este.
Sin embargo, los gemelos
digitales no se limitan al ámbito de la producción manufacturera y la
ingeniería industrial, y han llegado incluso al terreno de la planificación y
la gestión urbanas. Hoy en día hablamos de ciudades gemelas digitales para
referirnos a modelos que simulan algunos de los procesos que tienen lugar en un
núcleo de población, elaborados en base a la información real que este genera.
Se trata de una filosofía estrechamente relacionada con la smart city,
la inteligencia del dato aplicada a la gestión urbana. Uno de los paradigmas en
este campo es el proyecto Virtual Singapore, que persigue la creación de un
modelo tridimensional dinámico y colaborativo de dicha ciudad.
El modelo de la ciudad estado
asiática es uno de los pioneros en este campo, puesto que comenzó a erigirse en
2014. Está compuesto por más de tres millones de imágenes tomadas de las calles,
además de 160 000 más capturadas desde el aire, y miles de millones de puntos
de recogida de datos. Todo ello configura un mapa en tres dimensiones que
supone más de 100 terabits de información.
El proyecto de Singapur tiene
como objetivo promover el desarrollo sostenible de la isla. A modo de ejemplo,
un reciente experimento con el modelo buscaba calcular la cantidad de energía
solar podría recoger la ciudad en función de la disposición de sus edificios
verticales y el estudio del nivel de insolación que recibe cada tejado y cada
fachada. Igualmente, dentro de la meta de bajar la temperatura media del núcleo
urbano, el modelo sirve para estudiar cómo cada nueva construcción puede
afectar a las rachas de viento y las sombras sobre la superficie.
Las ciudades gemelas digitales
tienen su origen en el concepto de los modelos espejo formulado por el profesor
de la Universidad de Michigan Michael Grieves en 2006: erigir modelos digitales
en el espacio virtual, que interactúan con entidades físicas, y que describen
el ciclo de vida de estas. En 2017, en el seno de la CAICT, la Academia China
de la Tecnología de la Información y las Comunicaciones, esta técnica se
concibe aplicada por primera vez para la planificación y construcción de las
ciudades inteligentes, mediante el diseño de un modelo holográfico que recree
virtualmente la urbe de forma que pueda ser analizada en tiempo real,
convirtiéndose así en una herramienta de gestión urbana.
Estos modelos virtuales urbanos
parten de una red ubicua de recogida de información -mediante el internet de
las cosas-, que suministra datos en tiempo real y de forma continua sobre temas
como el tráfico, los parámetros medioambientales o las operaciones urbanas, y
los sitúa en un mapa virtual. El ejercicio cartográfico permite analizar los
problemas de la ciudad, identificando patrones de funcionamiento gracias a los
algoritmos de gestión de big data, y ofrecer conclusiones y
recomendaciones de apoyo a la toma de decisiones de las autoridades. La
recreación virtual, en suma, presenta una panorámica completa del ciclo de vida
de los servicios de la ciudad física, abriendo la puerta a la optimización de
su funcionamiento y a promover un desarrollo económico sostenible.
Los gemelos digitales urbanos
redundan en la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, y también
en el ahorro de costes de las políticas públicas. El Foro Económico Mundial
calcula que en 2030 esta tecnología supondrá ahorros de hasta 280 000 millones
de dólares en las inversiones y gastos asociados a la planificación urbana.
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