La mala noticia es que no entre la de nuestro país. Dos noticias del periódico de hoy me llevan a publicar un titular tan sensacionalista.
La primera, que aparece en portada, afirma que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pide el fin de la austeridad a ultranza en países como España. Christine Lagarde, la directora gerente de dicho organismo, defiende el retraso en el tiempo del cumplimiento del objetivo de déficit en las cuentas públicas. Parece ser que por fin se han enterado de lo peligroso que resulta aplicar medidas restrictivas en una economía en recesión, algo de lo que los demás no teníamos duda, y del riesgo de que la contracción brutal de la demanda en determinadas áreas del mundo, especialmente en la zona euro, conlleve a una depresión global más profunda. ¡Bien por Christine!
La segunda parece política ficción. Diputados alemanes han venido a España a escuchar lo que tienen que decir los movimientos ciudadanos, agrupados bajo el estandarte del 15-M. Es decir, que representantes elegidos por el pueblo están interesados por lo que el pueblo (y encima éste no es el suyo) tiene que decir, en conocer de primera mano sus problemas y preocupaciones, y en atender a sus demandas. Como expresó un miembro de la plataforma, “lo que esto pone en evidencia es que en Alemania hay una cultura democrática más profunda que en España”. ¡Qué razón tiene y viva el Bundestag!
Y aquí seguimos empeñados en condenar a la miseria a los más desfavorecidos, en ayudar a los empresarios del sector bancario que demostraron una incompetencia absoluta en el desempeño de su actividad, y en ignorar con actitud de chulo de merendero la opinión y las demandas de la ciudadanía.
Triste España sin ventura, como dijo Juan del Enzina. Feliz Día de la Hispanidad.
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