La inteligencia en el hogar
implica conectar los distintos dispositivos domésticos –luces, termostatos,
cámaras de seguridad, electrodomésticos…- a través de una plataforma, de forma
que puedan ser controlados por el usuario a través de una app o bien por medio de la voz. En este sentido, el altavoz
inteligente puede llegar a convertirse en ese nodo que recibe las instrucciones
a través del habla y que se encarga de ejecutarlas. Podría convertirse en el
mayordomo de la casa inteligente.
Aunque estamos hablando de un
mercado todavía muy verde, algunos estudios han detectado que los altavoces están
empezando a desplazar a otros dispositivos a la hora de realizar determinadas
funciones. Una encuesta sobre usos de la tecnología, llevada a cabo por
Accenture, ha detectado que el 72% de los poseedores de altavoces está
utilizando para menos actividades sus smartphones,
hasta ahora los reyes indiscutibles de los dispositivos. En concreto, el 53% de
los encuestados realiza menos llamadas de voz, el 50% escucha menos música en
el móvil y el 47% utiliza menos el calendario y la agenda. Un dato muy
relevante de este estudio desvela que el 94% de los dueños de altavoces afirma
que la elección de compra de cualquier dispositivo inteligente para el hogar se
verá influida por la facilidad de integración con su asistente de voz.
La estructura de la domótica
reposa sobre cuatro capas de tecnología: conectividad (redes, protocolos,
infraestructura cloud, routers…), apps (aplicaciones y plataformas), datos
(almacenamiento, agregación, integración, procesado, análisis, business intelligence…) y dispositivos
(cámaras, lentes, sensores, microprocesadores, objetos conectados…). En el
último epígrafe estarían incluidos los altavoces inteligentes.
Dentro de este complejo
ecosistema del hogar inteligente, los asistentes son firmes candidatos a
convertirse en la principal vía de acceso al control de todos los elementos y
de todas las funciones automatizadas de una casa. Un estudio realizado por
Strategy Analytics, entre consumidores de Estados Unidos, Francia, Alemania y
Reino Unido, reforzaba la teoría de que las personas se encuentran cómodas
controlando con la voz los dispositivos de su casa: menos del 10% de los
encuestados consideraba que resultaría extraño interactuar mediante el habla
con una máquina, y menos del 5% pensaba que esta sería incapaz de entendernos.
En general, el uso de altavoces
inteligentes para realizar las funciones domóticas más avanzadas es incipiente.
De acuerdo con la encuesta, los principales usos que le dan los usuarios son,
principalmente, el manejo de la televisión (es decir, que lo utilizan como un
mando a distancia de lujo), el control de la iluminación eléctrica de las
estancias y el vídeo por streaming. Solamente
el 17% de los usuarios los utilizan para controlar los termostatos
inteligentes, el 15% para gestionar las cámaras de seguridad de la vivienda, y
tan solo el 12% para abrir y cerrar automáticamente persianas y cortinas, o
para conectar el dispositivo a un frigorífico inteligente.
La consultora OVUM predice que la
mitad de la población del planeta utilizará asistentes basados en inteligencia
artificial dentro de tan solo tres años, es decir, en 2023. Los altavoces
inteligentes probablemente acaben por convertirse en elementos cotidianos e
imprescindibles de la decoración de las casas, como lo fueron hace unas décadas
los televisores.
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