Mucho antes de que el crowdsourcing se llamase crowdsourcing, el programa SETI (Search for Extra-Terrestrial Intelligence) reclamó la ayuda de los internautas de todo el mundo para contribuir a detectar señales de vida inteligente en el cosmos.
Pero vayamos por partes. El crowdsourcing es una modalidad de trabajo colaborativo en red que consiste en invitar a todo aquel que esté interesado y dispuesto a participar en un determinado proyecto a formar parte de él. Francis Pisani lo define así en su libro La alquimia de las multitudes:
“El crowdsourcing es un modelo radical: consiste en invitar a la `multitud´ de los usuarios, a través de la web, a realizar tareas que antes se realizaban dentro de una organización; pero por menos dinero, o incluso gratis”
El paradigma del crowdsourcing es la Wikipedia, una vasta enciclopedia en la que los aficionados publican sus artículos sin recibir nada a cambio, contribuyendo a crear el referente del conocimiento de nuestros días, si bien hay voces críticas en cuanto a su grado de rigor y exactitud.
Y volviendo a los alienígenas, desde la década de los 50 varios científicos postularon la posibilidad de comunicarse a través del universo con otras civilizaciones tecnológicamente avanzadas a través de ondas de radio, de microondas para ser exactos. Las experiencias para detectar emisiones extraterrestres que pudiesen responder a vida inteligente comenzaron en la década siguiente. Se trataba de captar señales de radio de un ancho de banda muy determinado. Esta clase de ondas no se produce de manera natural, por lo que su detección implicaría, casi con toda seguridad, que no estamos solos en el universo.
Durante los años setenta en EE.UU. surgió el programa SETI, destinado a la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Se habilitaron numerosos radiotelescopios para rastrear aquellas regiones del cosmos más proclives a albergar vida. Y a pesar de que la NASA adoptó el proyecto en los ochenta, al poco tiempo el Congreso de los Estados Unidos decidió eliminar la partida presupuestaria destinada a SETI, por lo que la iniciativa quedó a merced de las donaciones privadas.
Aparte del tema financiero, que no es baladí, SETI requiere de ordenadores superpotentes para procesar y analizar la avalancha de señales procedentes del espacio. Y aquí es donde entra el crowdsourcing.
Desde 1999, el equipo e SETI ha utilizado su propia imaginación y la colaboración de los internautas para aumentar la capacidad de procesado de las señales recibidas del cosmos. Para ello invita a todo aquel aficionado a la astrofísica (o no) que quiera participar a instalar un programa informático en su ordenador que les ayuda a analizar parte del ingente volumen de información que manejan. Es un sencillo software (BOINC Manager) que consigue que toda la red de computadoras particulares que trabajan para SETI funcione como un potentísimo procesador. Además, se puede configurar para que solamente trabaje cuando tu ordenador está en standby de forma que no te produzca ninguna limitación de memoria o de velocidad cuando estés trabajando en él.
¿Lograremos algún día recibir una señal de radio de origen inteligente procedente de estrellas lejanas? Si es así, los internautas participantes en SETI tendrán el orgullo de haber contribuido a establecer contacto con civilizaciones extraterrestres (y por cierto, espero que los aliens no sean tan malos como los de la última película de Ridley Scott).
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